SINOPSIS
Hijo bastardo de una adolescente expulsada de su comunidad rural y adoptado por una excéntrica pareja de acomodados dublineses, Cyril es un niño educado que crece acostumbrado a enmascarar sus emociones. Extraordinariamente atento a todo lo que ocurre a su alrededor, pero tímido y retraído cuando es
tá acompañado, pronto sabrá que es gay y tardará décadas en desprenderse de una culpa y una vergüenza paralizantes. En un entorno que juzga abominable su orientación sexual, dos relaciones serán cruciales en su maduración: Maurice Woodbead, un amigo de la infancia que posee la audacia y la belleza que Cyril siempre ha deseado, y Bastian, un médico holandés tocado por la gracia a quien conoce cuando se muda a Ámsterdam y con quien convivirá durante años.
RESEÑA
tá acompañado, pronto sabrá que es gay y tardará décadas en desprenderse de una culpa y una vergüenza paralizantes. En un entorno que juzga abominable su orientación sexual, dos relaciones serán cruciales en su maduración: Maurice Woodbead, un amigo de la infancia que posee la audacia y la belleza que Cyril siempre ha deseado, y Bastian, un médico holandés tocado por la gracia a quien conoce cuando se muda a Ámsterdam y con quien convivirá durante años.
Pocas veces ocurre que, al cerrar un libro, tu mente se niegue a abandonar esa historia, esos personajes, en definitiva, ese mundo que ha creado el autor consiguiendo algo mágico. Sus palabras nos han atrapado de tal manera, logrando que no seamos capaces de pensar en otra cosa.
En los libros que he leído hasta el momento de John Boyne, se pueden apreciar unos personajes muy potentes y bien definidos. Descritos de forma que al lector, sin que se percate, pueda sentirse un miembro más de esta novela llegando a sufrir con sus decepciones o alegrarnos con sus buenos momentos. En esta narración podemos entrever un trasfondo, en el que el autor a lo largo del libro, escribirá sobre temas que en sus respectivas épocas eran un gran problema. Observamos cómo la sociedad reaccionaba a la homosexualidad o al VIH, o la importante fuerza que tenía la Iglesia en la Irlanda de 1945. De hecho, allí empieza esta historia.
Una joven Catherine de tan solo 15 años, es expulsada de su hogar tras haber cometido el peor de los pecados. Esperar un bebé. Con poco más que una maleta como acompañante, nuestra protagonista se ve obligada a dirigirse a otro lugar para empezar una nueva vida, sin saber qué le deparará el destino.
Cyril, nuestro otro protagonista junto con Catherine, es adoptado por una pareja un tanto excéntrica. Desde esos momentos seremos partícipes de cómo el joven desde ya una edad temprana, debe de lidiar con todos los obstáculos que se irá encontrando en su camino hacia la ansiada felicidad. Su vida estará marcada por la vergüenza, la incapacidad de poder comunicar sus sentimientos y su verdad a los más cercanos para él. La sociedad en que le ha tocado vivir no apoya a las personas que se sienten diferentes y todo se complica todavía más.
Esta historia gira en torno a Cyril, pero podríamos ser cualquiera de nosotros. Él solo trata de vivir y ser feliz tal y como es. Todos cometemos errores y hay que aprender de ellos, el autor nos muestra cómo nuestras decisiones pueden tener consecuencias para nosotros mismos tanto como para la gente que nos rodea.
El libro consta de tres partes: Vergüenza, Exilio y Paz. En cada uno de ellos vemos la evolución de los personajes a través de los años. Os recomiendo leer las Notas del autor ya que nos cuenta más detalles y podemos entender mejor la novela.
Los personajes son muy especiales como todo lo que nos ha transmitido el autor tras cada página. La trama tiene unos giros que consiguen atraparte, no dejándote abandonar su lectura. Me ha sido imposible leer despacio este libro y tras terminarlo era consciente de que no podré olvidar a las furias invisibles del corazón.
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