Pues como ayer acabé de leer el libro "Lo que no sabes de mi amor" de Delphine Bertholon, dentro de poco subiré una reseña para contaros la historia y mis sensaciones, (ya os digo que me gustó muchísimo uno de los mejores que he leído este año) ya toca leer otro nuevo.

Estoy leyendo "La cúpula" de Stephen King pero casi siempre cuando un libro es largo como este lo suelo compaginar con otro. He decidido empezar con " El bebedor de lágrimas " de Ray Loriga




Ya os iré contando ; )

El libro me gustó mucho, esta muy bien escrito y me engancho la lectura pero el personaje principal, Tony, no llego a convencerme...


En un principio esta la pandilla de amigos, eran tres y conocieron a Adrián. Tony empezó a salir con Verónica. En esta historia, en el transcurso del libro vemos la historia desde la visión de Tony, puede ser que pasarán los sucesos como narra el mismo o no.

Al igual que no me acabo de convencer el personaje de Tony, Verónica tampoco. No la veía muy clara con él.

Verónica y Tony dejan su relación y Adrián empieza una nueva con ella. A Tony no le parece muy bien y les escribe una carta, no muy amistosa, y le aconseja a Adrián que hable con la madre de Verónica. Anteriormente le aviso de como era la personalidad de está. Después se arrepentirá de escribir la carta.

 Más tarde nos cuenta que esta divorciado, y por lo que podemos leer se puede sacar la conclusión de que todavía sigue enamorado de su ex-mujer Margaret.

Se entera de que Adrián se suicidó poco después de estar con Verónica y que la madre de está le ha dejado al morir un diario que escribió Adrián poco antes de morir y 500 libras.

Sólo puede saber frases sueltas del diario y en una de ellas escribe:

"Así, por ejemplo, si Tony..."

Aparecen en la historia mas cabos sueltos como por ejemplo un grupo de discapacitados y entre ellos se encuentra un chico llamado Adrián que es hermano de Verónica...

El final del libro es un poco polémico, realmente no nos aclara del todo el por que la madre de Verónica le deja 500 libras y el diario y la conclusión que he llegado a pensar es que Adrián y la madre de Verónica tuvieron una relación y tuvieron un hijo discapacitado.

Cuando Dios era un conejo nos transporta, a lo largo de cuatro décadas, de las afueras de Essex a la costa de Cornualles y las calles de Nueva York. Una novela sobre la infancia, la excentricidad, la fuerza de los lazos familiares, las pérdidas y la vida. Pero, sobre todo, una novela acerca del amor en todas sus formas.