Ha pasado la primera semana sin ti. Todavía no puedo asimilar la verdad, esta verdad que me deja un vacío tan grande en  mi interior y un nudo en el estomago cada vez que pienso que no estás a mi lado. 

Ojalá pudiéramos retroceder en el tiempo, incluso antes de que esta desgraciada enfermedad se llevara tus recuerdos. 

Los recuerdos son algo maravilloso.

Cierras los ojos y puedes transportarte a tu infancia o hacia algún lugar donde fuiste feliz. A los malos recuerdos los dejamos en un rincón, allí olvidados donde no puedan hacernos daño. 

¿Te acuerdas de cuando te daba un beso de buenas noches? o ¿te acuerdas de cuando me escondía en el armario para que me buscaras cuando llegabas de trabajar? Cierro los ojos y puedo ver cuando me dejaste el coche por primera vez y no podía girar el volante, también cuando me llevabas al trabajo o simplemente dábamos un paseo.

Hay tantos recuerdos que aparecen en mi cabeza que me siento la hija más afortunada del mundo. Quiero decirte que allá donde estés no te preocupes, un día sin darnos cuenta se llevaron algo tan importante como son tus recuerdos pero tranquilo que yo los guardaré para siempre, siempre en mi corazón hasta que nos volvamos a ver. Nada ni nadie nos quitaran los buenos momentos vividos y todos nuestros buenos recuerdos. 

Ojalá estuvieras aquí , te quiero papá.