Te quiero.
Estas dos palabras que tan poco te las he dicho, te recuerdo en cada momento de mi infancia cuando me iba a dormir y te daba un beso o me escondía cuando venías del trabajo para que enseguida me buscaras.
Se que hemos discutido algunas veces pero lo olvidábamos muy pronto, también se que estabas muy orgulloso cuando me llevabas hacía el altar el día de mi boda o cuando bautizamos a tu nieto aunque en ese tiempo la enfermedad ya estaba luchando contra ti. Se que eres feliz y te alegras de vernos o de lo que hablamos, allí estas siempre con tu sonrisa.
Se que llegará el momento, algunas veces ya ocurre, que no te acordarás de nosotros pero siempre, siempre estaré a tu lado.
Te quiero tanto papá.
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