Una mirada
Estaba muy nerviosa, no lo podía negar aunque quisiera.
Hacia mucho tiempo que esperaba este momento, lo había soñado tantas veces y cada una de ellas era distinta pero siempre terminaba igual. Incluso lo había planeado al detalle pero todo surgió de otra manera. La imagen importa, tienen razón pero hay veces que las palabras y tú propia intuición, lo que de verdad sentimos en un primer momento tienen mucho más valor.
Cuando subí al tren que me llevaba hacia ti pensaba en que te diría, como nos sentiríamos juntos después de tanto tiempo sin vernos. Quizá el tiempo juegue a nuestro favor y me eches de menos, al igual que yo te echaré de menos cuando tenga que marcharme. Tanto que me pidas quedarme a tu lado, intentar ser felices de nuevo, juntos, no quiero ninguna felicidad con nadie más ni que la compartas sin mi. Sólo te pido una historia que empiece desde cero, poniendo todo nuestro amor y coraje para que salga bien. No quiero pensar, no quiero decidir entre hacer lo correcto o volcar todos mis sentimientos para que vuelen hacia ti y que te griten todo lo que hasta ahora callé.
Sólo recuerdo el momento en el que te vi , allí sentado entre tanta gente, sin darte cuenta de que un corazón latía muy fuerte, muy cerca de ti.
No podía dejar de mirarte, como otras tantas veces hacía, intentando grabar cada segundo, cada movimiento tuyo, la manera en la que te ríes o como fijas tu mirada cuanto te hablan.
Un momento, tan sólo lo que dura un momento, que para mi fue inmenso, mientras nuestras miradas se cruzaron algo floto en el aire. Ese mágico instante donde no sabemos que decir, que hacer, si levantarnos para darnos dos besos o tal vez un abrazo, ese instante en el que todo y todos desaparecen existiendo tan sólo nosotros.
Una mirada que llena mi alma y dice mucho más que las palabras.
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