Todas las piezas rotas
SINOPSIS
Cuando Bruno decidió acompañar a su amigo Shmuel a la cámara de gas, ¿que ocurrió con su hermana, Gretel, y sus padres? ¿Sobrevivió su familia a la guerra y los estragos del nazismo?
Gretel Fernsby es ahora una anciana de 91 años que vive cómodamente en un apartamento en una de las zonas más acomodadas de Londres. Cuando una joven familia se muda al piso de abajo, Gretel no puede evitar entablar amistad con Henry, el hijo pequeño de la pareja. Una noche, tras ser testigo de una violenta discusión entre la madre de Henry y su dominante padre, Gretel se enfrenta a la oportunidad de expiar la culpa, el dolor y el remordimiento y hacer algo por salvar a un niño, por segunda vez en su vida. Pero para ello se verá obligada a revelar su verdadera identidad...
RESEÑA
En esta ocasión, el viaje donde nos embarca John Boyne, nos lleva al París del 1946 hasta Londres del 2022 pasando por otros lugares donde acompañaremos a nuestra protagonista, Gretel.
En "Todas las piezas rotas" el autor nos cuenta qué ocurrió con la familia del pequeño Bruno al final de la guerra. Tras "El niño con el pijama de rayas" retoma la historia de todos ellos a través de sus vivencias y sus sentimientos tras lo sucedido en aquella dramática época.
El libro esta narrado por Gretel, hermana de Bruno. Por un lado conoceremos a una joven Gretel que tuvo que abandonar Alemania junto con su madre tras los sucesos trágicos del Holocausto, acontecimientos que marcarán su vida para siempre. Es una tarea imposible para ella olvidar esos días en aquel lugar del que, tras siete décadas, no se verá capaz ni siquiera de pronunciar el nombre dicho sitio. Siente arrepentimiento, culpa, miedo. Todo ello hará que su vida se dirija, cada vez que la verdad de su pasado amenace con salir a la luz, hacía otro lugar, siempre alerta por si alguien pudiera reconocerla o relacionarla con aquellos tiempos.
En estas partes es inevitable cuestionarse sobre si las acciones de un malvado padre con unas convicciones aterradoras pueden convertir a sus hijos en cómplices o víctimas.
En otros capítulos conoceremos la vida de una Gretel con 92 años de edad y con la misma carga sobre los hombros que tenía la joven que salió de Alemania en 1946.
En esta época lleva una vida tranquila en un lujoso bloque de apartamentos. A pesar de los años transcurridos desde que dejó su vida atrás, la culpa no deja de atormentarla de igual forma. La aparente tranquilidad pronto terminará para ella tras la llegada de una pareja junto con su hijo, que serán sus nuevos vecinos. Gretel y Henry, de nueve años de edad, forjarán una amistad a pesar de que la apariencia del niño hará resurgir antiguos recuerdos y sucesos que creía tener guardados y olvidados.
Es un libro que merece mucho la pena leer. Se plantean complicadas preguntas sobre si las culpas de un padre pueden recaer entre sus familiares o si se posible redimirse uno mismo de sus remordimientos y del peso que llevamos por dentro.
¿Lo habéis leído?
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