Nuestro castillo de naipes


Dicen que con esfuerzo todo se consigue, conseguimos lo que tanto hemos anhelado. Una recompensa por todo lo sufrido y felicidad por todo lo que esta por llegar.
Sin embargo, ¿qué hacer cuando el castillo de naipes se esta derrumbando, lentamente, sin darte cuenta, hasta que un día ves con tus propios ojos como caen las cartas encima de la mesa?.  La misma mesa en la que están sentados dos jugadores que empezaron sin saber jugar y que acabaron perdiéndolo todo.
¿Y si intentando ganar tiempo para rehacer el castillo se pierden otras cosas por el camino?
Ella no quiere perder su esencia, los atardeceres, las conversaciones con las estrellas ni su sonrisa. Él piensa que todo va bien. Tal vez, una noche, la luna se llevo consigo sus inquietudes, sus motivaciones, incluso su amor.
Hay que saber cuando las cartas están tan dobladas, que por mucho que nos esforcemos por enderezarlas, será en vano. La reina de corazones parece reírse de nosotros, aunque ella no sabe que retirarse a tiempo también es una batalla ganada.
El camino más difícil es a veces el que nos lleva directos a la felicidad, sentir que estás en paz contigo mismo y que tu corazón todavía es capaz de latir muy fuerte, de que no te has olvidado de vivir.
Hay que enseñarle a la reina de corazones a ser feliz.

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